V E S K
Variante El Salto Kennedy,
una dudosa operación de Bypass.
El bypass coronario es la intervención cardiaca más común. Las arterias pueden obstruirse con el tiempo y el bypass permite mejorar el flujo sanguíneo al corazón creando una nueva ruta o derivación alrededor de una sección obstruida o dañada de la arteria.
La operación consiste en coser una sección de una vena o arteria con el fin de sortear la sección obstruida o dañada de la arteria coronaria. El procedimiento resuelve una situación de emergencia creando una nueva ruta por la que puede fluir la sangre, para que el músculo cardíaco pueda recibir la sangre rica en oxígeno que necesita para funcionar adecuadamente. Esta intervención resuelve la situación momentáneamente, se requiere de tratamiento definitivo posterior.
Está la planificación, el desarrollo urbano, la arquitectura, operando sobre nuestra ciudad con operaciones parche?
El caso de los controversiales túneles que atraviesan el Parque Metropolitano que unen la Avenida El Salto en Huechuraba con Pedro de Valdivia Norte, resultan una operación de bypass bastante dudosa. Se libera una arteria bloqueada, pero es necesario cuestionarse si el organismo estará en condiciones de recibir tal conexión. Sospechar ante el resultado, que en este caso dice relación con la posibilidad de que los flujos se dirijan hacia puntos sobrecongestionados, liberando un torrente de sangre que no guarda proporción con la estrechez de las arterias, que finalmente terminan obstruyendo órganos vitales.
La ciudad no parece estar preparada para recibir el flujo que la Variante El Salto Kennedy (VESK) incorporará a la ciudad. Se ideó la conexión como un hecho aislado, aún cuando, precisamente, este tipo de acciones deben ser pensadas desde los órganos que necesitan ser unidos; la conexión en si misma resulta vacía. Lo que ha ocurrido los últimos meses es un síntoma de la desacertada manera en que a menudo se toman las decisiones que afectan a nuestra ciudad.
Esta intervención es parte de un Plan Metropolitano de Anillos de Circunvalación que históricamente se ha visto truncado por la presencia del Cerro. Los túneles originalmente completarían el tercer anillo de este plan que corresponde a Américo Vespucio, sin embargo la demanda real presente de conexión es hacia el sur de la ciudad hacia comunas como La Florida y Puente Alto a través del segundo de estos anillos, el Anillo Intermedio, por lo que al parecer se decidió unir los túneles a ambos anillos. (Fig.1)
Entonces actualmente el proyecto en ejecución de los túneles contempla dos conexiones en su salida en Pedro de Valdivia Norte. La primera que bordea el cerro rompiendo la relación del Parque con el Barrio y que remata en la ya sobresaturada Rotonda Pérez Zujovic, la segunda que intenta vincular los túneles con el Anillo Intermedio por Avenida El Cerro chocando literalmente con el Río Mapocho donde actualmente no existe ningún puente que lo cruce (El Mall Costanera Center, actualmente en obra, deberá construir uno en algún momento).
La casi ausencia de comunicación (el concepto de coordinación aquí no encuentra espacio) entre los distintos agentes involucrados es un tanto devastador. Es una lástima ver cómo el modo en que se toman las decisiones y luego se ejecutan no permite intervenciones continuas o con miradas sistémicas al interior de nuestra ciudad.
En la escala más local, los directos afectados con la intervención, los vecinos, ven cómo su Barrio se dividirá en dos mitades fragmentado por una vía del tamaño de Los Leones que reemplazara a la Avenida El Cerro y cómo esto trae de la mano la modificación del Plan Regulador Comunal liberando la altura de edificación. Hemos visto aquí un grupo de ciudadanos organizados con ideas claras que aportar, que se identifica con el lugar en el que viven y han tratado de defenderlo.
Sino es esto participación ciudadana, entonces qué. Cuentan con su propia página web y tiene su propia propuesta de trazado para las salidas. Hay entonces una carencia grave en las instancias donde ellos puedan realmente incidir y en que la participación sea efectiva; según encuestas vecinales un 93% de los vecinos rechaza el nuevo Plan Regulador. La comunidad ha tenido que llegar a instancias judiciales en su intento por ser escuchados; La Junta de Vecinos presentó el 6 de enero una demanda de nulidad contra el Ministerio de la Vivienda, el MOP y la Concesionaria del Túnel del San Cristóbal porque estas instituciones “públicas y privadas” permiten que se realice una obra de estas características en un lugar como el Parque Metropolitano de Santiago.
En la escala del gobierno local se desenmascaran las intenciones del Municipio, que también tiene sus propias visiones de esta operación. El equipo de profesionales propone una vía por el borde del cerro que descongestionaría Av. Los Conquistadores intentando proteger el barrio rodeándolo, pero inutilizando al mismo tiempo la relación del Parque con la ciudad. De alguna manera también aceptando el proceso natural de cambio de uso de suelo y modificación de altura en zonas como La Herradura.
El Ministerio de Obras Publicas en el medio entre los vecinos y la concesionaria, aprueba revisa y desaprueba cambios de trazado, mientras las obras avanzan sobre un proyecto inicial que al licitarse consistía en una línea que cruzaba el cerro. Una conexión. Un bypass. Es importante exponer que a la fecha, el Ministerio de Obras Públicas aún no resuelve la salida definitiva por Pedro de Valdivia Norte.
En una primera instancia todo acto de conectividad a nivel urbano tiende a parecer un valor; la accesibilidad y conectividad en las ciudades tienen un efecto democratizador, un efecto facilitador y nivelador de oportunidades. Sin embargo, lo anterior no implica que las obras de conexión tengan valor en sí mismas o que no sea necesario medir sus impactos y su real necesidad en los territorios. Se tiende a pensar que mientras más circunvalaciones, vías de alta velocidad y autopistas concesionadas, mejor será la ciudad ya que sus habitantes podrán estar en cualquier lugar de la ciudad en el menor tiempo posible.
Actuando bajo esta perspectiva se cometen errores. Hay veces que estar conectados no es lo mejor para ninguno de los involucrados. ¿Bajo qué costos todavía vale la pena privilegiar la conexión? ¿Cuándo en pos de la conectividad se elimina la posibilidad de tener un borde, una interfaz real entre el cerro y la ciudad, donde proyectos de habitabilidad de esa cota de borde quedan anulados? ¿Cuándo los tiempos origen-destino son lo esencial, sin importar que el problema se vaya trasladando 200 metros más allá o más acá?
Santiago cuenta con un Parque Metropolitano con un potencial desaprovechado, de la misma escala de los parques de grandes ciudades europeas y americanas, pero nos atrevemos, aún así a agujerearlo con túneles de 3 Km, bordearlo con autopistas de hormigón por cuadras, destruyendo su potencial urbano.
Santiago cuenta con pocos barrios con tanto sentido y conciencia de sí mismo como es Pedro de Valdivia Norte, y sin reparos cruzamos vías expresas y bocas de túneles dividiéndolo. Aumentamos su altura diluyendo su esencia y transformándolo en una extensión de Sanhattan, en un pedazo de ciudad más. Pedro de Valdivia norte es una pequeña ciudad-jardín retrato de su tiempo, ante-sala a uno de los parques más importantes de la ciudad. ¿No es eso Patrimonio, Identidad, una ciudad como la que deseamos?
Variante El Salto Kennedy,
una dudosa operación de Bypass.
El bypass coronario es la intervención cardiaca más común. Las arterias pueden obstruirse con el tiempo y el bypass permite mejorar el flujo sanguíneo al corazón creando una nueva ruta o derivación alrededor de una sección obstruida o dañada de la arteria.
La operación consiste en coser una sección de una vena o arteria con el fin de sortear la sección obstruida o dañada de la arteria coronaria. El procedimiento resuelve una situación de emergencia creando una nueva ruta por la que puede fluir la sangre, para que el músculo cardíaco pueda recibir la sangre rica en oxígeno que necesita para funcionar adecuadamente. Esta intervención resuelve la situación momentáneamente, se requiere de tratamiento definitivo posterior.
Está la planificación, el desarrollo urbano, la arquitectura, operando sobre nuestra ciudad con operaciones parche?
El caso de los controversiales túneles que atraviesan el Parque Metropolitano que unen la Avenida El Salto en Huechuraba con Pedro de Valdivia Norte, resultan una operación de bypass bastante dudosa. Se libera una arteria bloqueada, pero es necesario cuestionarse si el organismo estará en condiciones de recibir tal conexión. Sospechar ante el resultado, que en este caso dice relación con la posibilidad de que los flujos se dirijan hacia puntos sobrecongestionados, liberando un torrente de sangre que no guarda proporción con la estrechez de las arterias, que finalmente terminan obstruyendo órganos vitales.
La ciudad no parece estar preparada para recibir el flujo que la Variante El Salto Kennedy (VESK) incorporará a la ciudad. Se ideó la conexión como un hecho aislado, aún cuando, precisamente, este tipo de acciones deben ser pensadas desde los órganos que necesitan ser unidos; la conexión en si misma resulta vacía. Lo que ha ocurrido los últimos meses es un síntoma de la desacertada manera en que a menudo se toman las decisiones que afectan a nuestra ciudad.
Esta intervención es parte de un Plan Metropolitano de Anillos de Circunvalación que históricamente se ha visto truncado por la presencia del Cerro. Los túneles originalmente completarían el tercer anillo de este plan que corresponde a Américo Vespucio, sin embargo la demanda real presente de conexión es hacia el sur de la ciudad hacia comunas como La Florida y Puente Alto a través del segundo de estos anillos, el Anillo Intermedio, por lo que al parecer se decidió unir los túneles a ambos anillos. (Fig.1)
Entonces actualmente el proyecto en ejecución de los túneles contempla dos conexiones en su salida en Pedro de Valdivia Norte. La primera que bordea el cerro rompiendo la relación del Parque con el Barrio y que remata en la ya sobresaturada Rotonda Pérez Zujovic, la segunda que intenta vincular los túneles con el Anillo Intermedio por Avenida El Cerro chocando literalmente con el Río Mapocho donde actualmente no existe ningún puente que lo cruce (El Mall Costanera Center, actualmente en obra, deberá construir uno en algún momento).
La casi ausencia de comunicación (el concepto de coordinación aquí no encuentra espacio) entre los distintos agentes involucrados es un tanto devastador. Es una lástima ver cómo el modo en que se toman las decisiones y luego se ejecutan no permite intervenciones continuas o con miradas sistémicas al interior de nuestra ciudad.
En la escala más local, los directos afectados con la intervención, los vecinos, ven cómo su Barrio se dividirá en dos mitades fragmentado por una vía del tamaño de Los Leones que reemplazara a la Avenida El Cerro y cómo esto trae de la mano la modificación del Plan Regulador Comunal liberando la altura de edificación. Hemos visto aquí un grupo de ciudadanos organizados con ideas claras que aportar, que se identifica con el lugar en el que viven y han tratado de defenderlo.
Sino es esto participación ciudadana, entonces qué. Cuentan con su propia página web y tiene su propia propuesta de trazado para las salidas. Hay entonces una carencia grave en las instancias donde ellos puedan realmente incidir y en que la participación sea efectiva; según encuestas vecinales un 93% de los vecinos rechaza el nuevo Plan Regulador. La comunidad ha tenido que llegar a instancias judiciales en su intento por ser escuchados; La Junta de Vecinos presentó el 6 de enero una demanda de nulidad contra el Ministerio de la Vivienda, el MOP y la Concesionaria del Túnel del San Cristóbal porque estas instituciones “públicas y privadas” permiten que se realice una obra de estas características en un lugar como el Parque Metropolitano de Santiago.
En la escala del gobierno local se desenmascaran las intenciones del Municipio, que también tiene sus propias visiones de esta operación. El equipo de profesionales propone una vía por el borde del cerro que descongestionaría Av. Los Conquistadores intentando proteger el barrio rodeándolo, pero inutilizando al mismo tiempo la relación del Parque con la ciudad. De alguna manera también aceptando el proceso natural de cambio de uso de suelo y modificación de altura en zonas como La Herradura.
El Ministerio de Obras Publicas en el medio entre los vecinos y la concesionaria, aprueba revisa y desaprueba cambios de trazado, mientras las obras avanzan sobre un proyecto inicial que al licitarse consistía en una línea que cruzaba el cerro. Una conexión. Un bypass. Es importante exponer que a la fecha, el Ministerio de Obras Públicas aún no resuelve la salida definitiva por Pedro de Valdivia Norte.
En una primera instancia todo acto de conectividad a nivel urbano tiende a parecer un valor; la accesibilidad y conectividad en las ciudades tienen un efecto democratizador, un efecto facilitador y nivelador de oportunidades. Sin embargo, lo anterior no implica que las obras de conexión tengan valor en sí mismas o que no sea necesario medir sus impactos y su real necesidad en los territorios. Se tiende a pensar que mientras más circunvalaciones, vías de alta velocidad y autopistas concesionadas, mejor será la ciudad ya que sus habitantes podrán estar en cualquier lugar de la ciudad en el menor tiempo posible.
Actuando bajo esta perspectiva se cometen errores. Hay veces que estar conectados no es lo mejor para ninguno de los involucrados. ¿Bajo qué costos todavía vale la pena privilegiar la conexión? ¿Cuándo en pos de la conectividad se elimina la posibilidad de tener un borde, una interfaz real entre el cerro y la ciudad, donde proyectos de habitabilidad de esa cota de borde quedan anulados? ¿Cuándo los tiempos origen-destino son lo esencial, sin importar que el problema se vaya trasladando 200 metros más allá o más acá?
Santiago cuenta con un Parque Metropolitano con un potencial desaprovechado, de la misma escala de los parques de grandes ciudades europeas y americanas, pero nos atrevemos, aún así a agujerearlo con túneles de 3 Km, bordearlo con autopistas de hormigón por cuadras, destruyendo su potencial urbano.
Santiago cuenta con pocos barrios con tanto sentido y conciencia de sí mismo como es Pedro de Valdivia Norte, y sin reparos cruzamos vías expresas y bocas de túneles dividiéndolo. Aumentamos su altura diluyendo su esencia y transformándolo en una extensión de Sanhattan, en un pedazo de ciudad más. Pedro de Valdivia norte es una pequeña ciudad-jardín retrato de su tiempo, ante-sala a uno de los parques más importantes de la ciudad. ¿No es eso Patrimonio, Identidad, una ciudad como la que deseamos?
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